El carnaval, que podría yo decir de una de las fiestas mas populares de los rincones de mi tierra. Hablar del carnaval, es tocar los hilos de la sensibilidad de esta ciudad mía a la cual adoro. Esta ciudad abierta a cuantas culturas se pasean por estos rincones mas universales del mundo hoy en día.
Carnaval, gracia, cortesía, talante, buen gusto, buenas gentes, garra y tesón para la critica entendida desde ese puntito que el gaditano sabe dar a cada situación desde su burla sin ofender ni lastimar la sensibilidad del pueblo Español en general, esa critica que surge del interior y honda con fuerza en el corazón.
Cádiz con ese carácter afable y abierto a cada visitante, al amante del buen gusto, a esa amistad sincera y cariñosa que ofrece a los que se dejan caer por este rinconcito llamado Cádiz. El carnaval, esta biografía que día tras día, años tras años, escribe esta afición ejemplar que sigue cosechando éxitos en los corazones de cada visitante y en aquellos amigos entrañables que ya se fueron y nos dejaron lo mejor de todos ellos, el premio de su ingenio y su arte, el premio que todos quisieramos para todos nosotros, el premio del cariño inolvidable de esta ciudad a su arte.
El carnaval de Cadiz, ha sido un gran recopilador donde su gentes han sabido captar década tras décadas la influencia de otras muchas culturas y adaptarlas a su vivencia cotidiana. El rimó de sus tanguillos, sus pasodobles y sus cuple, dan rienda suelta a cada rendija por donde acceder al corazón de todos los gaditanos, el visitante al llegar a esta tierra ya forma parte de esta gran fiesta llamada carnaval.
Si nos paramos a mirar su historia, podemos comprobar, que hasta la misma meteorología quiere formar parte de esta gran las fiestas remojandola años tras años, y es que la lluvia no quiere dejar de ser a su vez protagonista del carnaval, y yo diría, que seria el carnaval sin esas gotas de agua que cada año bautiza mi ciudad por carnaval.
Yo desde pequeña os puedo asegurar, haber escuchado de la mano de mi padre, en alguna que otra taberna las tonalidades, lo que llamamos hoy el tres por cuatro, entre el murmullo de las gentes y el sonido del ir y venir de los vasos, sobre una mesa de marmo blanco y sillas de maderas, aquellas de tijeras, como las que tenia el Nicano, la Providencia, y la Costancia.
Son recuerdos vividos de la mano de mi padre, como lo llamaban, el recorrido del lo sagrarios que entre reguera y reguera daban forma a esos tanguillo, cuples, pasodobles y estribillos que tanto nos ha hecho disfrutar de nuestras fiestas.
Yo he vivido los apuntes en un papel de estraza de algún que otro estribillo o en un trozo de periódico o servilleta ya usada los pasodobles de algún que otro compositor sin mencionar nombres para no caer en el error de olvidarme de alguno de ellos, para mi seguirán viviendo en mi corazón cada vez que suene un bombo, un tambor, un pito, un tanguillo un pasodoble o un estribillo en carnaval o en la calle sin ser carnaval.
Esa vivencia y sos papelotes manchado de aceite de la fritura del pescaito frito, donde se anotaban aquellas letrillas, servirían meses o días mas tarde para llenar el corazón de cada gaditano y llenarían de gracia y estilo cada rincón de esta tierra.
Hoy recuerdo la Parra de la Bomba, el bache de Teniente Anduja, los Gallegos y los Gallegos Chicos el Piano, los Leones de la flores, lugares desaparecidos donde la fiestas iban tomando forma pasando desde el Gavilan al Pedrin ya se notaba el aroma del carnaval.
Este año lo he vivido de forma diferente, he salido a la calle para ver el carnaval desde mi punto de mira detrás de una cámara fotográfica, vivir la cercanía de sus protagonista más en directo, como se suele decir el pueblo en la calle y la calle con el pueblo.
Yo soy Maria...!
Así lo vi estos días y así os lo he contado.... pero todavía os mostrare mas adelante muchisimos mas de talles, solo he mostrado un pequeño anticipo.
Un besote para todos.